Cinco mil años de escritura a mano han bastado para darnos cuenta de que es mucho mejor para el cerebro que hacerlo a través de un teclado de ordenador. La principal razón, como bien explican en este artículo de ElDiario.es, es que cada letra requiere de una acción distinta y precisa, mientras que la acción de teclear una letra es, literalmente, la misma, variando únicamente la localización de lo que estamos pulsando.
Escribir cada letra, palabra, línea y párrafo a mano es, por tanto, una labor distinta para nuestro cerebro y nuestra mano (que, como bien imaginamos, deben estar muy bien coordinados). Y esto hace, de rebote, que la huella dejada en nuestra mente por la idea que acabamos de plasmar en papel sea mucho mayor. Ya sabéis, nada de tomar apuntes de universidad a ordenador (y os lo dice una persona que lo hizo).
Esto es, además, muy importante para los niños pequeños: esta habilidad les viene que ni pintada para la lectura y las habilidades motrices, concretamente las de motricidad fina. Se dijo durante mucho tiempo que en Finlandia dejarían de enseñar la escritura manual; eso es, literalmente, mentira: lo que han hecho ha sido dejar de enseñar la caligrafía tradicional, cursiva, mientras que siguen enseñando la escritura manual, pero en letra de imprenta, una nueva forma de escribir introducida en este país en 1986. Aquí tenéis un ejemplo.
Yo añado una reflexión personal: en mi humilde opinión escribir a ordenador es escribir, muchas veces, con prisas, y sin dedicarle demasiado tiempo a las ideas. Cuando escribo a mano me lo tomo con mucha más calma, y suelo estar mucho más satisfecho con el resultado. Aprender a escribir con el teclado es muy importante y más en estos tiempos que corren, pero escribir a mano sigue teniendo su encanto (y más si es con un bolígrafo y un papel con los que disfrutamos).
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